Correos

Es bien sabido que el correo es uno de los medios de comunicación más antiguos que se desarrollaron, en nuestros tiempos prehispánicos los aztecas ya conocían las bases de este servicio, enviando emisarios a diversas partes que generalmente llevaban un mensaje hablado, cuando se trataba de entregar un paquete o un mensaje en distancias muy grandes, ocuparon un sistema de relevos, donde a cada determinada distancia había un indígena que recibía el paquete, se echaba a correr y se lo daba al otro, y así sucesivamente hasta que el paquete llegaba a su destino, fue gracias a este método por el cual Moctezuma Xocoyotzin lograba tener pescado fresco traído de Veracruz todos los días en su comedor de Tenochtitlan.

En Iguala, se desconoce con exactitud en que año empezó a funcionar el servicio de correos tal como lo conocemos actualmente, pero existen vestigios y evidencias físicas que desde 1885 ya se enviaban y se recibían cartas a través del servicio de Correos de México, ya que fuera de la farmacia universal, localizada en el centro, se aprecia un buzón de correos que data precisamente de ese año, según consta en el Museo de Correos de la Ciudad de México.

Las actuales Oficinas del Servicio Postal Mexicano se encuentran ubicadas en la calle de Vicente Guerrero No.20, y según me comentó el Jefe de Administración Postal, Sr. Ambrosio Guarneros Vargas, el servicio de Correos sigue siendo muy solicitado ya que llega a todos los lugares porque toda la republica esta codificada, y aun cuando existen otros servicios muy modernos y funcionales el correo sigue siendo de los mejores

El Sr. Ambrosio Guarneros amablemente me explicó la manera en que se reparte la correspondencia en la ciudad, para esto debemos saber que el código postal del centro de la ciudad es 40 000 y que el servicio postal a dividido la ciudad en 12 rumbos para tener una mejor control y distribución en lo que corresponde al reparto del correo.

Para llevar a cabo la importante labor del Servicio Postal Mexicano, laboran en estas oficinas 35 personas y son 14 los carteros que muy amablemente cumplen con la misión de llevarnos nuestra correspondencia hasta la puerta de nuestras casas. 

En estas mismas oficinas se ofrece también el servicio de Mexpost, con el que se cuenta en la ciudad  desde hace 17 años, también se ofrece el servicio de Packpost  el cual acelera el envió de paquetería y en estas oficinas se pueden cobrar los Money Order.

Con respecto a los problemas que los carteros tienen que enfrentar a diario durante la realización de su importante labor, el Jefe de la Administración Postal me comentó que uno de los principales problemas es la falta de señalamientos con los nombres de calles y de números en las casas, y como ejemplo mencionó que en el periférico Benito Juárez no existe señalamiento alguno, ni código postal, ni nada, y que hay muchas colonias nuevas que no están registradas o sencillamente no tienen nombre. Otro grave problema al que se enfrentan es que el nombre de las calles se repite constantemente en muchas colonias, fraccionamientos y unidades habitacionales sin que el departamento de obras publicas haga algo al respecto, ocasionando un verdadero caos que dificulta el reparto de la correspondencia, cosa que se solucionaría muy fácilmente si existiera alguna ley que prohibiera poner nombres de calles repetidos tanto en la ciudad como en las diferentes colonias que se generan constantemente.

Para reconocer la admirable labor que realizan los trabajadores postales, el Sr. Ambrosio me comentó que le gustaría que hubiera una colonia llamada “Colonia Postal” y que las calles de esta colonia llevaran los nombres de los servidores postales que ha tenido la ciudad a lo largo de todos estos años y que verdaderamente merecen un homenaje, ya que estos héroes anónimos nunca han tenido un reconocimiento por parte del municipio.  

Esperemos que este reconocimiento pueda llevarse a cabo, porque efectivamente los carteros desempeñan un papel fundamental en nuestra sociedad y en las comunicaciones del país y desafortunadamente no se les a dado ni la importancia ni el valor que se merecen.